Entrevista: Lic. Marta Anglada, Consultora especialista en Certificaciones Medioambientales de Cyclus Vitae Solutions
"Hay empresas que se 'autodeclaran' ecológicas y no tienen ninguna veracidad"
La Licenciada Anglada brindó detalles sobre el inicio del Projecte VINECO, la implicancia de Cyclus en el desarrollo de certificaciones de Huella de Carbono y la importancia de unificar un criterio en toda Europa
-¿Cómo surgió el Projecte VINECO?
Sabíamos que existían unas subvenciones para la Euroregión noroeste del Mediterráneo, para ayudar a esta zona a promover la innovación y como nosotros (Cyclus Vitae) trabajamos en el sector del vino hace mucho tiempo, pensamos que sería una buena oportunidad para hacer la propuesta. Ya teníamos relación con los socios franceses y queríamos trasladar esto a otras zonas.
-¿Está la puerta abierta para que se sumen más entidades u organizaciones?
Para Projecte VINECO no. Pero sí que dentro del proyecto se tiene que crear una red de contactos del sector vitivinícola, ya que la idea es que el proyecto no “muera” en octubre próximo. La semana que viene haremos una jornada en Barcelona donde hemos invitado a muchas bodegas para explicarles lo mismo, no como bodegas piloto porque el presupuesto está muy cerrado pero sí para que dentro de la red puedan utilizar la guía práctica.
-Cyclus Vitae ha sido la piedra angular, ¿qué acciones ha realizado como tal?
Cyclus Vitae es una empresa ‘spin off’ de un grupo de investigación que es la Cátedra UNESCO del Ciclo de Vida y Cambio Climático, donde yo estaba anteriormente. Este grupo de investigación está centrado en temas como Análisis del Ciclo de Vida y desarrollo de metodologías, y desde hace más de tres años se creó el ‘spin off’ para implementar todo este conocimiento de investigación aplicado a la empresa. La idea principal es ayudar a las empresas a aplicar metodologías de Huella de Carbono, ecodiseño, ecoetiquetaje, tanto a nivel particular como a través de este tipo de subvenciones. La Cámara de Comercio de Menorca es una entidad muy buena porque es una entidad de referencia para muchas empresas.
-¿Qué otros proyectos ha realizado Cyclus aparte de VINECO?
Hemos trabajado packaging, materiales de la construcción, desde cerámicas hasta aislantes térmicos en edificios, también en el sector de industria gráfica, turismo, eventos, química…
-¿Qué importancia tienen las certificaciones de Huella de Carbono en Europa y en España?
Mucha. Es una temática que hace mucho tiempo funciona a nivel sectorial, no sólo a nivel de etiquetas y punto. Hay sectores que están más avanzados que otros, el problema es que hay un montón de etiquetas, desde las ‘autodeclaraciones’ de empresas que aseguran producir de manera ecológica y que no tienen ningún tipo de veracidad. Luego hay otro tipo de etiquetas que son: Tipo 1 y Tipo 3. Son etiquetas con una normativa y una metodología, y con estas tenemos que trabajar. La Huella de Carbono es una mezcla entre estas dos, porque la Tipo 1 es una etiqueta que va muy dirigida al consumidor final (es decir, una persona que va al supermercado) y la Tipo 3 que es una etiqueta pensada para la compra – venta entre empresas, que nunca va al cliente final. Cuando una gran empresa quiere exigir que todos sus productos cumplan con los requisitos, a través de la etiqueta Tipo 3 puede ayudar a cumplimentarlo. El problema es que hay muchas metodologías, entonces Europa está trabajando mucho para armonizar y aclarar las cosas.
-¿En qué se diferencia un producto o servicio que cuenta con la certificación oficial, de uno que no la tiene?
En la metodología de cálculo que ha seguido. Cuando se sigue una metodología reglada hay que asegurarse de cumplir con esos criterios, en cambio una ‘autodeclaración’ es simplemente una empresa que dice “mi producto es verde” o utiliza conceptos abstractos que no significan nada. En cambio, la Huella de Carbono certifica que se ha hecho un Análisis de Ciclo de Vida, que se han seguido unas reglas, una metodología especifica.
-¿Sería importante hacer una campaña informativa para que el consumidor final sepa cuál es la certificación oficial?
Totalmente de acuerdo. Es muy importante que las administraciones entiendan todo esto. Esas etiquetas dirigidas a consumidor final tienen que ser muy claras, cortas y precisas pero sin dar mucha información técnica porque se vuelven confusas. La etiqueta europea de la margarita empieza a ser bastante reconocida y hay muchas marcas que la utilizan. Creo que en los colegios estaría muy bien que se empezara a explicar más a los niños porque es un concepto muy nuevo y creo que las nuevas generaciones tendrán que tenerlo mucho más interiorizado.
-¿Es limitado el acceso a la certificación o cualquiera puede tenerla?
Todo el mundo puede tenerla. Hay determinados sectores que están más obligados que otros, pero todo el mundo tiene acceso. Hay etiquetas que son obligatorias y otras que son voluntarias. Por ejemplo, los electrodomésticos tienen esas etiquetas de eficiencia energética que son obligatorias. Los coches ya tienen que indicar cuántas emisiones de CO2 producen por kilómetro recorrido y esas también son etiquetas obligatorias.
-¿Adónde tiene que acudir un empresario o productor si quiere que su producto o servicio tenga la certificación?
Si quiere obtener la certificación yo aconsejo ir primero a la Comisión Europea. También hacer un estudio de mercado. Luego, para certificarse, acudir a una consultora experta y buscar una certificadora buena y legal.
Pero antes que nada, la empresa tiene que saber muy bien para qué lo quiere. No debe hacerlo porque sí. Debe hacerlo con convicción y para que sirva de algo, entendiendo muy bien lo que se hace.
-De 1 a 10, ¿cómo está parada España respecto al resto de Europa en este aspecto?
Depende la comunidad autónoma. Los vascos están muy avanzados, Catalunya también, Andalucía está mejor que Madrid en muchos aspectos. A nivel global, un aprobado muy justo.
-¿Por qué estas diferencias?, ¿por qué no hay un criterio común?
No hay un apoyo político, aunque en los discursos se venda la preocupación por el medio ambiente. Este año se han cortado la gran mayoría de las subvenciones para medio ambiente. Entonces, sin ese apoyo es difícil. La crisis es excusa, pero si innovamos en tiempos de crisis, a largo plazo invertiremos mejor en el mercado, invertiremos en cosas que ahorrarán costes, etc.
Sabíamos que existían unas subvenciones para la Euroregión noroeste del Mediterráneo, para ayudar a esta zona a promover la innovación y como nosotros (Cyclus Vitae) trabajamos en el sector del vino hace mucho tiempo, pensamos que sería una buena oportunidad para hacer la propuesta. Ya teníamos relación con los socios franceses y queríamos trasladar esto a otras zonas.
-¿Está la puerta abierta para que se sumen más entidades u organizaciones?
Para Projecte VINECO no. Pero sí que dentro del proyecto se tiene que crear una red de contactos del sector vitivinícola, ya que la idea es que el proyecto no “muera” en octubre próximo. La semana que viene haremos una jornada en Barcelona donde hemos invitado a muchas bodegas para explicarles lo mismo, no como bodegas piloto porque el presupuesto está muy cerrado pero sí para que dentro de la red puedan utilizar la guía práctica.
-Cyclus Vitae ha sido la piedra angular, ¿qué acciones ha realizado como tal?
Cyclus Vitae es una empresa ‘spin off’ de un grupo de investigación que es la Cátedra UNESCO del Ciclo de Vida y Cambio Climático, donde yo estaba anteriormente. Este grupo de investigación está centrado en temas como Análisis del Ciclo de Vida y desarrollo de metodologías, y desde hace más de tres años se creó el ‘spin off’ para implementar todo este conocimiento de investigación aplicado a la empresa. La idea principal es ayudar a las empresas a aplicar metodologías de Huella de Carbono, ecodiseño, ecoetiquetaje, tanto a nivel particular como a través de este tipo de subvenciones. La Cámara de Comercio de Menorca es una entidad muy buena porque es una entidad de referencia para muchas empresas.
-¿Qué otros proyectos ha realizado Cyclus aparte de VINECO?
Hemos trabajado packaging, materiales de la construcción, desde cerámicas hasta aislantes térmicos en edificios, también en el sector de industria gráfica, turismo, eventos, química…
-¿Qué importancia tienen las certificaciones de Huella de Carbono en Europa y en España?
Mucha. Es una temática que hace mucho tiempo funciona a nivel sectorial, no sólo a nivel de etiquetas y punto. Hay sectores que están más avanzados que otros, el problema es que hay un montón de etiquetas, desde las ‘autodeclaraciones’ de empresas que aseguran producir de manera ecológica y que no tienen ningún tipo de veracidad. Luego hay otro tipo de etiquetas que son: Tipo 1 y Tipo 3. Son etiquetas con una normativa y una metodología, y con estas tenemos que trabajar. La Huella de Carbono es una mezcla entre estas dos, porque la Tipo 1 es una etiqueta que va muy dirigida al consumidor final (es decir, una persona que va al supermercado) y la Tipo 3 que es una etiqueta pensada para la compra – venta entre empresas, que nunca va al cliente final. Cuando una gran empresa quiere exigir que todos sus productos cumplan con los requisitos, a través de la etiqueta Tipo 3 puede ayudar a cumplimentarlo. El problema es que hay muchas metodologías, entonces Europa está trabajando mucho para armonizar y aclarar las cosas.
-¿En qué se diferencia un producto o servicio que cuenta con la certificación oficial, de uno que no la tiene?
En la metodología de cálculo que ha seguido. Cuando se sigue una metodología reglada hay que asegurarse de cumplir con esos criterios, en cambio una ‘autodeclaración’ es simplemente una empresa que dice “mi producto es verde” o utiliza conceptos abstractos que no significan nada. En cambio, la Huella de Carbono certifica que se ha hecho un Análisis de Ciclo de Vida, que se han seguido unas reglas, una metodología especifica.
-¿Sería importante hacer una campaña informativa para que el consumidor final sepa cuál es la certificación oficial?
Totalmente de acuerdo. Es muy importante que las administraciones entiendan todo esto. Esas etiquetas dirigidas a consumidor final tienen que ser muy claras, cortas y precisas pero sin dar mucha información técnica porque se vuelven confusas. La etiqueta europea de la margarita empieza a ser bastante reconocida y hay muchas marcas que la utilizan. Creo que en los colegios estaría muy bien que se empezara a explicar más a los niños porque es un concepto muy nuevo y creo que las nuevas generaciones tendrán que tenerlo mucho más interiorizado.
-¿Es limitado el acceso a la certificación o cualquiera puede tenerla?
Todo el mundo puede tenerla. Hay determinados sectores que están más obligados que otros, pero todo el mundo tiene acceso. Hay etiquetas que son obligatorias y otras que son voluntarias. Por ejemplo, los electrodomésticos tienen esas etiquetas de eficiencia energética que son obligatorias. Los coches ya tienen que indicar cuántas emisiones de CO2 producen por kilómetro recorrido y esas también son etiquetas obligatorias.
-¿Adónde tiene que acudir un empresario o productor si quiere que su producto o servicio tenga la certificación?
Si quiere obtener la certificación yo aconsejo ir primero a la Comisión Europea. También hacer un estudio de mercado. Luego, para certificarse, acudir a una consultora experta y buscar una certificadora buena y legal.
Pero antes que nada, la empresa tiene que saber muy bien para qué lo quiere. No debe hacerlo porque sí. Debe hacerlo con convicción y para que sirva de algo, entendiendo muy bien lo que se hace.
-De 1 a 10, ¿cómo está parada España respecto al resto de Europa en este aspecto?
Depende la comunidad autónoma. Los vascos están muy avanzados, Catalunya también, Andalucía está mejor que Madrid en muchos aspectos. A nivel global, un aprobado muy justo.
-¿Por qué estas diferencias?, ¿por qué no hay un criterio común?
No hay un apoyo político, aunque en los discursos se venda la preocupación por el medio ambiente. Este año se han cortado la gran mayoría de las subvenciones para medio ambiente. Entonces, sin ese apoyo es difícil. La crisis es excusa, pero si innovamos en tiempos de crisis, a largo plazo invertiremos mejor en el mercado, invertiremos en cosas que ahorrarán costes, etc.